CRIPTOVISIÓN
Imágenes digitales con contenido oculto, 2008-2020
CRIPTOVISIÓN
Imágenes digitales con contenido oculto, 2008-2020
La técnica denominada Criptovisión, desarrollada por Isaac Montoya desde 1998, se sitúa en un territorio de tensión entre lo visible y lo oculto, entre la máscara y la herida. A primera vista, el espectador se encuentra con una imagen desbordante, saturada, casi carnavalesca. La superficie pictórica juega con la ironía del color, con la potencia seductora de la publicidad y con lo lúdico del artificio. Es un estallido visual que remite a lo festivo, a la cultura popular, al exceso como estética contemporánea.
Sin embargo, esa misma superficie no es más que una pantalla, un velo calculado. Cuando se interpone el filtro rojo o azul, la escena se despoja de su disfraz. El artificio cede y aparece la crudeza de lo real: víctimas de la guerra, del desarraigo, de la injusticia, la intimidad del desconcierto. Los cuerpos ocultos emergen desde los pliegues de la saturación, como un negativo que exige ser visto. El espectador comprende que la primera imagen no era un fin, sino una distracción.
Esta técnica convierte al receptor en cómplice del engaño visual. En ese tránsito, la obra interpela la fragilidad de nuestra mirada. Nos recuerda que el exceso de color puede ser también una forma de silencio. La imagen dramática, obtenida de los medios, recupera su densidad significativa en el desvelamiento. Se trata de una operación conceptual que oscila entre la estética y la política.
Criptovisión no ilustra la violencia: la hace presente desde la paradoja. El carnaval deviene en campo de batalla, la publicidad en denuncia, la abstracción en memoria. El filtro funciona como umbral, como rito de paso hacia lo real. El espectador ya no mira, sino que es mirado por las víctimas que emergen. La técnica plantea así una poética de la sospecha, un desmontaje de la inocencia visual. En su doble faz, Criptovisión es un espejo de nuestra propia contradicción contemporánea.
Daniel Casagrande
Entre la máscara y la herida, 2022