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Éxtasis,
Basura envasada 1995-96
Éxtasis,
1995-96, detalle
El Disfraz de cada instante, es un
universo de miles de imágenes llenas de significados concretos
transmitidos desde distintos medios. Son imágenes que llaman nuestra
atención una por una y que forman parte de conjuntos que proyectan
nuevos contenidos, muchas veces contrapuestos con los primeros. Se
trata de un juego multidimensional en el que el público toma partido
mediante un antifaz que le muestra la imagen global del conjunto de
imágenes de cada obra. En ese gesto del espectador se escenifica el
mundo íntimo de nuestra indiferencia que ante una realidad
indeseable vuelve la mirada instintivamente para protegerse con
cualquier motivo de felicidad segura: un beso, una cara feliz, un
momento de deseo…
Isaac Montoya juega con las distancias, nos hace
tomar posiciones. Muestra la realidad con sus contradicciones, con
su diversidad, con su colorido, con su complejidad de fin de Siglo.
Y al final salimos con una sonrisa de complicidad, quizás por lo que
vemos, quizás por lo que no vemos. Hay en todo ello un sentido de
omisión permanente, de connivencia con la tragedia habitual, lleno
de miedo por perder este presente tan afortunado para la mayoría.
Daniel Casagrande
Catálogo de Burgueses, El encanto del Vigilante, 1996.
El Encanto del Vigilante,
Exposición de Burgueses en el Monasterio de Prado, Valladolid,
1996
Unidos por el azar,
fotografías de
concursos de TV y cajas de CD, 1994
Unidos por el azar, 1994,
detalle
Las primeras obras de Isaac Montoya
son de finales de los años ochenta y se basaban en la transposición
pictórica de las imágenes de la prensa. Unas imágenes teñidas de
expresionismo, tanto por el colorido ácido y chirriante como por su
configuración en la que se combinan simplicidad y énfasis. No
obstante, lo más importante de aquellas obras iniciles es su
propuesta de análisis de los vínculos entre la imagen pictórica y
las imágenes que desde los medios de comunicación pueblan nuestro
imaginario colectivo. Es el comienzo de un diálogo continuado entre
imagen pictórica e imagen cultural con el objetivo de establecer y
evidenciar complicidades.
En el despliegue de este germinal
proyecto artístico hay varios momentos claramente significativos.
Por un lado, la incorporación del objetualismo. La identificación
entre la cosa y su imagen ha abierto para la práctica artística una
vía narrativa y analítica, en definitiva, crítica, que la pintura en
su ensimismamiento expresionista no contaba. Sus obras de los
primeros años noventa, utilizando fotografías dentro de estuches de
CD, que a su vez componían una nueva imagen, constituyen desde la
perspectiva contemporánea la extrapolación del tema clásico del
espejo y la refracción de la imagen. La imagen final de sus cuadros
es una imagen emblemática del colectivo social: un rostro de mujer,
una actitud cotidiana…, que se compone de miles de situaciones
comunes en las que coexisten la violencia, el sexo, el ámbito
familiar o las frases más tópicas. La hipotética imagen ideal
construida de fragmentos de vida. El objeto, en este caso el CD,
aporta el sentido de lo reductivo, la intercambiabilidad, la
tecnología, la metáfora de una vida alienada por la polaridad del
deseo.
Isaac Montoya es un artista
fronterizo que interroga con las más diversas estrategias
(simulación, objetualismo, nomadismo…), ambos lados del espejo de la
sublimación artística, arte y realidad. No es un artista que se le
pueda encasillar dentro de la pintura, ya que sus obras la
desbordan, a pesar del claro sentido de lo plástico y de lo visual.
Tampoco intenta situarse en el rigorismo conceptual. Es un artista
que básicamente transforma su propia experiencia estética en
proyecto artístico, sabiendo que cada obra es una concreción
plástica y como tal debe ser un nuevo factor de comunicación
estética.
Félix
Guisasola
Isaac Montoya:
Ensueño y realidad de la imagen, 1996.
Estabilidad familiar,
fotografías de telediarios 1992

Como cada día,
fotografías de telediarios, 1993
En carne viva,
fotografías de
células 1994
256 mentiras de amor,
1995
256 mentiras de amor,
1995,
detalle
El Encanto del Vigilante,
Exposición de Burgueses en el Monasterio de Prado, Valladolid,
1996
Objetivos de la
actualidad, 1998,
ARCO 98, Galería Ángel Romero, Madrid.
Objetivos de la
actualidad, 1998
Objetivos de la
actualidad, 1998,
detalle
Objetivos de la
actualidad, 1998,
detalle
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